El buen tiempo parece que ya llegó a Canadá. O por lo menos a Toronto. Los torontianos, al igual que las flores, brotan en primavera. Las personas empiezan a asomar la cabeza poco a poco y las calles y las terrazas de los bares se empiezan a llenar.
Es sorprendente. Digamos que el lunes hace fresquete; las calles están medio vacías y ves a gente con chaquetón. El martes sale el sol y la temperatura es un poco más cálida; las calles se llenan de personas caminando en pantalones cortos y chanclas. Y estamos hablando de temperaturas de, a lo mejor, 15 grados.
Y es que, en Canadá, cuando empieza a salir el sol es fiesta. Después de meses y meses y meses y meses de frío, salir a la calle y tener una temperatura agradable es una bendición.
Dan ganas de sacar toda la ropa de verano y tirar a la basura las botas de invierno. Pero cuidado! Porque a lo mejor el miércoles hace frío otra vez.
En verdad no es para tanto. Pero sí que es cierto que cuando llevas un tiempo en Canadá te conviertes en una especie de caracol…que saca los cuernos al sol.
Jaja no me extraña para nada. Yo creo que con unos inviernos como esos estaría esperando el menor rayo de sol para dejarme acariciar por él
LikeLike
Hahaha claro que sí, hay que aprovechar 🙂
LikeLiked by 1 person